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La Universidad Autónoma del Estado de México, tiene como origen común al Instituto Literario (1828) La Normal se separó de este último en 1926 y la Universidad nació a partir de aquél en 1956.

La Escuela Normal para Señoritas, así como el Instituto Científico y Literario y posteriormente la Universidad Autónoma del Estado de México dieron feliz albergue a la autora de este trabajo de compilación. En la primera estudió la secundaria cuando ésta todavía formaba parte de ese gran Plantel, misma que más tarde fue trasladada a la calle de Vicente Villada con el nombre de Secundaria No. 2 “Lic. Adolfo López Mateos”. Años después, en 1963, la autora ya como profesionista regresó a trabajar en la Normal como Médico Escolar, cuya labor desempeñó durante 28 años: una placa se encuentra actualmente con su nombre en la puerta del consultorio, haciendo alución a su labor.

La autora pasó al I.C.L.A. a estudiar la preparatoria y vio convertirse al Instituto en Universidad pues fue de la Primera Generación de la Facultad de Medicina de la UAEM, quien la mandó a la Ciudad de México a estudiar una

 

Maestría con el fin de prepararla para trabajar como docente en la propia Facultad, de donde fue finalmente Directora. Tiene la maestra trabajando en la Universidad 40 años

Creación del Instituto Literario del Estado de México

El 04 de Septiembre de 1827 se iniciaron las clases del Instituto en Tlalpan, que entonces se llamaba San Agustín de las Cuevas y era la Capital del Estado de México, ubicándose en la “Casa de las Piedras Miyeras”.

No fue una ceremonia del todo formal porque el Congreso del Estado no había autorizado todavía la fundación del Instituto entre tanto llevó el nombre de Colegio Seminario, del que fue el primer Director Don José María Alcántara y enseguida Don José de Jesús Villapadierna (1828-1830). El Colegio contaba con un Programa Académico constituido por: Escuela de Primeras Letras, Latinidad (equivalente a Bachillerato), Materias Jurídicas y Materias de Cultura General.

El Decreto de Erección del Instituto fue aprobado el 16 de febrero de 1828, y el 03 de marzo entró en vigor, por lo cual esta última fecha es la de la Fundación oficial del mismo.

Esta primera etapa duró poco más de dos años, ya que el 29 de mayo de 1830, el Congreso del Estado decretó su clausura con motivo del traslado de los poderes públicos del Estado a la Ciudad de Toluca. (Tlalpan pasó a ser territorio del D.F).

El Decreto del Congreso que dio Facultades al Gobernador Lorenzo de Zavala para reinstalar el Instituto fue aprobado el 07 de mayo de 1833; el 30 de mayo del mismo año los Diputados emitieron otro decreto mediante el cual se expropiaba a la familia Serrano un viejo y ruinoso edificio del Siglo XVIII que era conocido como “Beaterio”, y se le destinaba como sede del Instituto.

Un Ciudadano Distinguido de la Ciudad de Toluca, Don José María González Arratia fue nombrado por el Gobernador (1833-1834) para hacerse cargo de la Dirección del Colegio, quien se dedicó a hacer arreglos y reparaciones al deteriorado edificio, para que alumnos y profesores pudieran trabajar.

Mientras tanto las cátedras se abrieron en el Antiguo Convento de la Merced.

A fines de 1834, los alumnos, entre ellos los internos, pudieron finalmente mudarse a su propio edificio. El poeta José María Heredia fue el Director que sucedió a González Arratia. (1834-1835).

Esta segunda etapa del Instituto fue tan breve como la primera pues el 5 de octubre de 1835, al entrar en vigor la Constitución de “Las Siete Leyes” (era Presidente de la República Antonio López de Santa Anna), se decretó nuevamente su clausura. Toluca perdió la categoría de Capital del Estado y pasó a formar parte de lo que se llamó Departamento de México.

En 1846 las circunstancias políticas habían cambiado al establecerse nuevamente el sistema federal. Al Estado de México llegó un Gobernador progresista, Francisco M. Olaguíbel, quien nombró como director provisional al Lic. José María Romero Díaz pero ya en la apertura de los cursos (7 de junio de 1847), se encontraba al frente del Instituto el destacado liberal Felipe Sánchez Solís, quien en 1851 terminó de construir el “Patio de Estudio” (patio oriente), y desarrolló un intenso programa de trabajo para ampliar y mejorar las instalaciones del Colegio.

 

 

 

Lema:

Patria, Ciencia y Trabajo.

Escudo

Grafías:

 

Tipografía

Metropolis 

 

Letra de himno institucional

CORO

¡ Instituto, perínclita cumbre
donde el alba es faisán de arrebol, con tu enjambre de abejas de lumbre liba el alma de auroras de sol.

ESTROFAS
I
En los vórtices firme y sereno,
a la vez poderoso y radiante,
los jardines de luz del diamante acuarelan tu escueto crestón;
y en el plinto inmortal de tus glorias que son líricas pascuas de flores,
la centella se quiebra en fulgores,
y hasta el trueno se vuelve canción.

II

Capitel de los vuelos del alma, torre de oro del ave doncella donde, en éxtasis, mira la estrella cómo duerme el azul virginal, Mirador del anhelo argonauta, Gambusino de brujos paisajes, que en bajeles de alados celajes busca un aúreo vellón sideral!

III

Del divino ideal lampadario; luminar de saber y armonía;
de las rosas más claras del día milagroso y radiante vergel;
en tus aulas que enjoyan el antro de las más rutilantes preseas

los cerebros son jaulas de ideas con zenzontles de gorjas de miel!

IV

¡Instituto ! ¡Instituto preclaro!
salve a ti que de alturas sediento desbaratas las frondas del viento, con la voz de tu enorme clarín;
y a la vez taumaturgo y ciclópeo por trocar las miserias en galas
a la sombra le doras las alas
y al ciclón le perfumas la crin!

CORO

¡Instituto, perínclita cumbre
donde el alba es faisán de arrebol, con tu enjambre de abejas de lumbre liba el alma de auroras de sol! 

 

Costumbres dentro de la UAPH:

-          Reunión de bienvenida anual.

-          Festival de talentos anual.

-          Día de muertos (ofrendas)

-          Cafés literarios.

-          Concurso de villancicos.

-           Ligas deportivas (basquetbol, soccer, vóley bol)